Vinos espumosos: burbujas que celebran la vida

Los vinos espumosos son aquellos que tienen gas carbónico (CO₂) disuelto en su interior. Esto hace que tengan un aspecto efervescente y provoquen una sensación refrescante en el paladar. El gas se puede obtener de forma natural, mediante una segunda fermentación alcohólica en la botella o en un depósito. O de forma artificial, inyectando el CO₂ a presión. Los vinos espumosos naturales son los más apreciados y los que tienen una mayor calidad y complejidad aromática.

Principales vinos espumosos

Existen muchos tipos de vinos espumosos en el mundo. Cada uno con sus características propias y peculiares, según el origen, las variedades de uva, el método de elaboración, el grado de azúcar y la presión del gas. Algunos de los espumosos más famosos son el champagne francés, el cava español, el prosecco italiano, el sekt alemán o el asti spumante.

• El champagne es el vino espumoso por excelencia, el más prestigioso y el más caro. Se elabora en la región de Champaña, al noreste de Francia, con tres variedades de uva: chardonnay, pinot noir y pinot meunier. El método de elaboración es el tradicional o champenoise. Consiste en una segunda fermentación en la botella, donde se añade una mezcla de azúcar y levaduras llamada licor de tiraje. Después de un periodo de crianza sobre lías, se realiza el degüelle, es decir, la eliminación del sedimento formado por las levaduras, y se añade el licor de expedición, que determina el grado de dulzor del vino.

• El cava es el vino espumoso más consumido en España y el segundo en el mundo, después del champagne. Se elabora principalmente en Cataluña, aunque también hay otras zonas productoras como Valencia, Aragón, Extremadura o La Rioja. Las variedades de uva más utilizadas son la macabeo, la xarel·lo y la parellada. Pero también se admiten otras como la chardonnay, la pinot noir o la garnacha. El método de elaboración es el mismo que el del champagne, pero con algunas diferencias en el tiempo de crianza y en el licor de expedición.

• El prosecco es el vino espumoso más popular de Italia, originario de la región del Véneto, al noreste del país. Se elabora con la variedad de uva glera, aunque también se pueden añadir otras como la bianchetta, la perera o la verdiso. El método de elaboración es el charmat o martinotti. Consiste en una segunda fermentación en un depósito cerrado, donde se añade el mosto de uva y las levaduras. El vino se embotella sin pasar por el degüelle ni el licor de expedición, por lo que tiene un sabor más afrutado y menos complejo que el champagne o el cava.

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