Alimentos ultra procesados ¿una amenaza para la salud?

La gama de los alimentos ultra procesados es extensa, va desde las bebidas azucaradas a las pizzas que compramos en los supermercados, pasando por las carnes procesadas, las galletas, los lácteos azucarados o las carnes procesadas, por poner algunos ejemplos.

En la lista pueden incluirse todos aquellos productos a los que se les ha cambiado la textura y añadido algún tipo de producto saborizante, colorante y conservador. Suelen tener más de cinco ingredientes, y es que, más que comida, los productos ultra procesados son preparaciones industriales comestibles.

Parte del problema de estos productos es que cuentan con una larga lista de ingredientes que derivan de otros alimentos a los que se suele someter a algún tipo de procesamiento previo como puede ser la hidrogenación, la hidrólisis de las proteínas o la refinación y extrusión de harinas o cereales.

Estos procesos contribuyen a hacerlos más atractivos para los consumidores, pero también a que pierdan calidad y propiedades nutricionales.

Los productos ultra procesados se consideran insanos porque suelen tener una elevada cantidad de calorías, de sal, azúcar, grasas poco saludables, aditivos y harinas refinadas.

Productos todos que consumidos en exceso se consideran negativos para nuestra salud y fuente de enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión, la hipercolesterolemia, etc. y es que son productos que favorecen la obesidad.

Se trata de productos que se fabrican de un modo que resulten atractivos para favorecer su consumo. En este sentido consiguen estimular nuestro apetito de un modo intenso gracias a sus características organolépticas de origen industrial.

Leyendo sus etiquetas es fácil entender esto, entre sus componentes más destacados suelen encontrarse  los aditivos, conservantes, estabilizantes, emulsionantes, disolventes, aglutinantes e infladores, edulcorantes y potenciadores sensoriales de color y sabor.

Los alimentos ultra procesados son fáciles de consumir pero tienen consecuencias poco saludables

Uno de los grandes problemas es que es muy sencillo consumir este tipo de productos. Son los más abundantes en los supermercados, nos ofrecen una alternativa de alimentación muy rápida de preparar y cómoda de consumir.

Pero además, los productos ricos en grasas, sal y azúcares nos ofrecen una sensación de palatabilidad alta, lo que contribuye a que segreguemos dopamina y serotonina, es decir, nos ayudan a tener una respuesta hedónica.

Numerosos expertos, nutricionistas y científicos están de acuerdo en que la  comida ultra procesada es en gran parte responsable del aumento de la obesidad en los países del primer mundo. En España por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de defunción.

Cuidar de nuestra salud implica ser responsables con nuestra alimentación. En este sentido es positivo que aprendamos a leer las etiquetas de los alimentos, tratando de evitar aquellos que sean menos saludables.

Planificar los menús y hacer lista de la compra en base a ellos puede ser una ayuda también para evitar este tipo de alimentos. Y es que debemos tener presente que por consumirlos de manera puntual no pasa nada,  pero hacerlo de manera habitual supone un serio riesgo para nuestra salud.

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