La alta pastelería es un arte que combina técnica, creatividad y pasión por el dulce. No se trata solo de elaborar postres, sino de crear verdaderas obras de arte que deleitan los sentidos y sorprenden al paladar. Hoy te contamos qué es la alta pastelería, qué características tiene y cómo puedes aprender a hacerla con los cursos online de ESAH.
¿Qué es la alta pastelería?
La alta pastelería es una rama de la pastelería que se caracteriza por su nivel de exigencia, innovación y calidad. Se trata de crear postres que no solo sean deliciosos, sino que también tengan una presentación impecable, una armonía de sabores y texturas, y un toque personal y original. La alta pastelería requiere de un dominio de las técnicas básicas y avanzadas de la pastelería, así como de un conocimiento profundo de los ingredientes, las recetas y las tendencias del sector.
La alta pastelería se puede aplicar a diferentes tipos de productos, como tartas, pasteles, mousses, macarons, bombones, helados, sorbetes o galletas. También se puede combinar con otras disciplinas, como la chocolatería, la confitería o la bollería. El objetivo es crear postres que sean únicos y que transmitan una emoción al comensal.
¿Qué características tiene la alta pastelería?
La alta pastelería se distingue por tener unas características que la hacen diferente de la pastelería tradicional o casera. Algunas de estas características son:
– Estética: la presentación de los postres es fundamental en la alta pastelería. Se busca que los productos tengan una forma, un color y un brillo perfectos, que sean atractivos a la vista y que inviten a probarlos. Para ello, se utilizan moldes, cortadores, mangas pasteleras, boquillas, espátulas y otros utensilios que permiten dar forma y decorar los postres.
– Sabor: el sabor es el elemento más importante de cualquier postre, pero en la alta pastelería se busca además que haya un equilibrio entre los diferentes componentes del producto. Se trata de combinar ingredientes que armonicen entre sí, que aporten contrastes de dulce y salado, ácido y amargo, o crujiente y cremoso. También se busca innovar con sabores nuevos o exóticos, como frutas tropicales, especias o flores.
– Calidad: la calidad de los ingredientes es esencial en la alta pastelería. Se utilizan productos naturales, frescos y de temporada, que garanticen el mejor resultado posible. También se cuida la calidad de los procesos de elaboración, respetando los tiempos de cocción, enfriamiento y conservación de los postres.
– Creatividad: la creatividad es lo que diferencia a un buen pastelero de un gran pastelero. La alta pastelería permite expresar la personalidad y el estilo del profesional, así como sorprender al cliente con propuestas originales y diferentes. Para ello, se puede jugar con las formas, los colores, los sabores, las texturas o los aromas de los postres.
Las creaciones de alta pastelería no solo satisfacen nuestro sentido del gusto; también despiertan los otros sentidos de manera extraordinaria
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