Desde el blog de ESAH dedicamos una nueva entrada a conocer mejor algunos de los vinos más emblemáticos de España. Sabemos del interés que nuestros alumnos de los cursos online de enología muestran por descubrir y profundizar sobre la gran variedad de denominaciones de origen que se dan en nuestro país.
Ya hace más de dos décadas desde que la Región de Murcia está aportando con firmeza grandes y novedosas propuestas en cuanto a vinos se refiere, y quienes disfrutamos con estos caldos ya situamos en nuestro mapa particular las D. O. propias de esta tierra: Yecla, Bullas y Jumilla.
Sin embargo, si pensamos en las Denominaciones de Origen más ilustres en nuestro territorio español, es inevitable que, en un primer instante, se nos venga a la cabeza el vino de la Rioja, el de Rueda, el de Toro o el de Ribera del Duero.
Por eso, es importante arrojar algo de luz sobre las variedades murcianas, y en este post vamos a centrarnos en los vinos de Jumilla, con gran proyección nacional e internacional.
Vino de Jumilla
El vino de Jumilla cuenta con la etiqueta de Denominación de Origen Protegida (D. O. P.) y, aunque se trata de un D. O. con una larga e histórica tradición, no ha sido hasta estas últimas décadas cuando ha logrado el impacto y el reconocimiento merecidos tanto a nivel nacional como, incluso, internacional (ya que son unos de los mayores exportadores de vino nacional al extranjero).
Otro punto a favor de estos vinos es que no hace falta un gran desembolso económico para llevarnos a casa un buen vino de esta tierra.
Las bodegas de Jumilla
El crecimiento al que se ha visto sometido el vino de Jumilla resulta vertiginoso, fruto del esfuerzo y el trabajo de todos esos años. Reflejo de ello son las más de 40 bodegas inscritas actualmente, entre las que están las famosas bodegas Juan Gil, Luzón, Casa de la Ermita, García Carrión, o Alceño, entre muchas otras.
En todas ellas vamos a encontrar, principalmente, el trabajo en el vino tinto con la inconfundible e intensa variedad Monastrell, que va a dotar a los vinos de ese espectacular color cereza y de esa intensidad característica de la uva.
Alceño
La bodega más antigua de Jumilla. Trabaja, sobre todo, con la típica Monastrell de la tierra, y también con la afrutada Garnacha y la uva Syrah. Gracias al crecimiento y reconocimiento, la bodega ha podido experimentar e ir más allá del tradicional vino tinto —pasando por un ligero y agradable vino blanco—, hasta atreverse recientemente con los espumosos.
Luzón
En esta bodega han invertido en todos los avances tecnológicos posibles, y apostado por la innovación, para alcanzar la máxima calidad de sus productos. Aquí podemos encontrar vinos espectaculares desde precios muy asequibles para nuestros bolsillos; y, además, si tenemos oportunidad, podemos realizar una más que recomendable visita a sus bodegas, con cata incluida.
Juan Gil
Quizá la más ilustre de todas las bodegas jumillanas. No es para menos, puesto que, no solo los galardones obtenidos por la bodega, sino también y especialmente los consumidores, avalan uno de los mejores vinos del país.
También nos ofrecen la posibilidad de visitar sus bodegas y realizar una cata de sus mejores vinos.
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