Los aspectos culturales de la alimentación

Los alimentos son la comida y bebida que los animales y los seres humanos tomamos para sobrevivir. Sin embargo, a diferencia de los animales, los humanos comemos también de un modo social. A lo largo de la historia todos los pueblos han considerado el de la alimentación como uno de los momentos más especiales del día.

Con el paso del tiempo ha ido variando la manera que los humanos tenemos de alimentarnos, pero también se mantienen muchas diferencias entre lo que comen los diferentes pueblos.

Hay algunos ejemplos que así lo demuestran, en la cultura occidental consideramos que comer perro es una aberración, algo que no ocurre igual en la cultura china. Del mismo modo, el pueblo judío no consume cerdo. Y la tribu Lele, que vive en el Zaire, tiene unas reglas muy precisas y complejas con respecto a lo que pueden comer sus diferentes miembros.

Y es que tras un acto tan simple como el comer, se encuentran procesos muy complejos de índole fisiológica, pero también cultural. Según la región del mundo en la que vivamos, comeremos de una determinada manera y elegiremos unos determinados alimentos. Pero también varían las cantidades de alimento que se consumen y los modos de prepararlos.

Antiguamente las pequeñas poblaciones rurales se alimentaban en exclusiva de sus recursos propios. Solía tener dietas más simples, pero completas a nivel nutricional.

La obtención de los alimentos se basaba en un ciclo estacional definido. En el momento en el que se empiezan a introducir alimentos de importación, se produce una ruptura del equilibrio que el hombre mantiene con el medio. Y esto suele reflejarse en trastornos nutricionales.

Los hábitos y las costumbres influyen en la forma que tenemos de alimentarnos

Y es que son muchos y diferentes los tipos de factores que pueden influir en la forma que un determinado grupo humano tiene de alimentarse. Pero los hábitos y las costumbres ocupan uno de los lugares principales. Los principales aspectos que determinan el tipo de alimentos que consumimos son los geográficos, los tecnológicos, los económicos, pero también los religiosos, los de preferencia individual, etc.

Los patrones dietéticos de los diferentes grupos humanos se estudian dentro de los patrones culturales y se consideran como una constante dentro de los diferentes estilos de vida. Estos se crean mediante un sistema de ensayo y error, pero parece comprobado que también influyen factores biológicos para alcanzar un equilibrio.

La adquisición de unos determinados hábitos alimentarios se centra en dos aspectos principales: la disponibilidad de los alimentos (en las regiones, países, hogares, etc.) y la compra de los mismos en un determinado hogar.

La oferta cultural es la que determina qué alimentos se consideran de consumo aceptable y cuáles no. Mientras que la oferta real es la posibilidad de adquirir esos alimentos. Dentro de un determinado hogar también se debe considerar el factor económico que determina el poder adquisitivo.

Para los seres humanos el acto alimentario es un proceso complejo que va mucho más allá del instinto y la necesidad de comer y se rige por una serie de hábitos y costumbres. Cuando los valores culturales cambian también suelen hacerlo los comportamientos alimenticios.

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